domingo, 27 de noviembre de 2016

El ejército de Alejandro (II): la caballería

La caballería

Pero si el ejército de Alejandro contaba, en el 334 a. C., con un total de 24 000 soldados de infantería, su caballería estaba compuesta por la nada desdeñable cifra de 3 300 de caballería, dividida en dos grupos: pesada y ligera.

El fundamento de la caballería era el ile de 200 hombres, bajo el mando de un ilarca, que a su vez se dividía en cuatro tetrarquías de 49 hombres cada una, al mando de un tetrarca. La formación que adoptaba el ile era la cuña, una innovación de Filipo, el padre de Alejandro. Ésta se disponía con el tetrarca en la punta y los oficiales de alto rango situados en el centro de la formación y en cada extremo de una línea base de 18 hombres. Probablemente, el ilarca iba acompañado de un trompeta, que transmitía, de este modo, las órdenes a los cuatro comandantes.

 Formación en cuña de la caballería macedonia

Las cuatro cuñas se situaban en una línea de batalla de escuadrón, con espacio suficiente para que cada hombre pudiera maniobrar sin chocar entre sí durante la carga; algo que sucedía con frecuencia, ya que el espacio de cada jinete se ampliaba cuando los caballos, al galope, trataban de mantener la distancia con los otros animales. Tal era la importancia de la caballería, que cada jinete disponía de su mozo de cuadra, que, durante la batalla, se situaba detrás del escuadrón, atentos a cualquier requerimiento de los jinetes que, además, eran los dueños de sus propios animales. La importancia de los caballos de guerra era tal, que el propio Alejandro, sus principales generales y, por supuesto, el resto de los jinetes solían marchar a pie para mantener frescos y a punto a sus monturas.

El objetivo de Alejandro en combate era hacer avanzar el ejército de forma oblicua para dislocar las líneas persas mientras trataban de envolverle por la derecha. De este modo, el rey de Macedonia mantenía a raya a la columna de caballería persa que trataba de envolver su flanco derecho con cargas sucesivas de su caballería ligera, cuyos escuadrones atacaban por turnos. Dado que la caballería persa se veía obligada a avanzar hacia la derecha, perdía contacto con su principal línea de batalla y ese era el momento en el que Alejandro avanzaba en línea recta con su caballería pesada. La formación de cuña era la que proporcionaba la flexibilidad y la rapidez de reordenar el eje de ataque según las circunstancias.

Los hetairoi: La caballería pesada o "caballería de los compañeros", era reclutada entre la nobleza de Macedonia. Constaba de 3 000 caballeros al principio de las campañas de Alejandro, de los cuales solo la mitad le acompañaron a Asia.

Este voluminoso contingente se organizaba en ocho escuadrones (ila) comandados por un ilarca, dividido a su vez en dos lochoi organizados en dos tetrarquías de 50 caballeros, bajo el mando de un tetrarca. El primero estos escuadrones era el Escuadrón Real, que constituía la vanguardia de la unidad y ostentaba la posición de honor en la línea de batalla. El Escuadrón Real, en cuyas filas luchaban los Compañeros personales, estaba formado por el doble de hombres que el resto. Los siete restantes, cuya fuerza habitual era de 200 lanzas cada uno, formaban a la izquierda de este Escuadrón, según el orden de prioridad del día. La formación táctica básica de la tetrarquía era la cuña que, en combinación con la infantería, resultó ser mortal para las fuerzas persas.

Alejandro Magno comandando una carga de los hetairoi

Los jinetes llevaban túnicas de manga larga de color púrpura medio, así como mantos amarillo-dorado con ribetes púrpura del mismo tono. Su coraza estaba hecha con pequeñas escamas de metal, forrada de cuero o lino blanco que le proporcionaba gran elasticidad. La cabeza de los jinetes iba cubierta con un casco. Al principio fue del modelo frigio, aunque Alejandro impuso el modelo beocio, que aunque más simple, portaba los distintivos del rango del caballero. Su equipamiento lo completaba una lanza de 3 metros hecha con madera de cornejo y provista de dos puntas, para poder ser utilizada en caso de ruptura. Como arma secundaria, el caballero portaba en el costado izquierdo una espada curva llamada kopis. En la época de Alejandro, no llevaban escudo.

La caballería tesalia: Las fuentes nos dicen que la caballería tesalia era la mejor unidad de caballería del ejército macedonio, lo que pudiera ser cierto ya que estaba formada por nobles tesalios, considerados los mejores jinetes del Mundo Antiguo. Sin embargo, por razones políticas y sociales, los Compañeros, como hemos visto, eran el cuerpo de mayor rango en el ejército. Por lo que los tesalios quedaron relegados a una posición menos importante en el ala izquierda.

Se estima que era una fuerza de 1 800 lanzas, al igual que los hetairoi, por lo que es de suponer que La organización y el equipamiento de la caballería tesalia era similar al de estos.
A la izquierda, un jinete tesalio con traje de caza; a la derecha, un oficial  de caballería tesalio ataviado para el combate

Vestían túnicas rojas de manga corta, sobre la que llevaban un manto de color púrpura oscuro, con un ribete blanco en cada extremo, así como una coraza blanca. Como arma, empuñaban lanzas muy cortas y en combate, generalmente, empleaban formaciones romboidales.

En las batallas de Gránico, Issos y Gaugamela, la caballería tesalia, situada en el flanco izquierdo, estuvo mandada por Parmenion. Y aunque llegó a ser considerada la mejor unidad de caballería del ejército macedonio, su actuación nunca fue decisiva durante las tres grandes batallas contra los persas; ya que siempre la iniciativa corría de parte de los Compañeros, la caballería pesada del flanco derecho comandada por Alejandro.

La caballería aliada: Los estados griegos de la Liga de Corintio estaban obligados a contribuir tanto a la caballería como a la infantería de la fuerza expedicionaria de Alejandro.

Parece ser que ninguna ciudad griega contribuyó de forma individual con un escuadrón completo, sino que cada una de estas unidades estaba formada por varios contingentes de una zona concreta. En todo caso,  600 jinetes, al mando de Erigio, cruzaron el Helesponto con Alejandro. Probablemente son los tres escuadrones que lucharon en Gaugamela: el escuadrón de peloponesios y aqueos, la caballería de Ftiótide y Malis, y un escuadrón de jinetes locrios y focenses.

A partir de su posición en las distintas batallas, se deduce que la caballería aliada era una unidad de caballería pesada, aunque no tenemos detalles sobre su vestimenta o armamento. De todos modos, tras la batalla de Issos, la caballería aliada se destinó al servicio del sátrapa de Siria, y allí es probable que recibiese refuerzos de Europa.

Los prodromoi: o exploradores, suele aplicarse a los cuatro escuadrones de caballería tracia que formaban parte del Escuadrón Real, pero también se utiliza para designar a los otros escuadrones de la caballería auxiliar tracia que servían con el ejército. Es posible que los prodromoi y el escuadrón peonio sumasen 900 jinetes, aunque es posible que esta cifra aumentase con la caballería ordisia y al refuerzo de los 500 jinetes tracios que se unieron al ejército en Menfis.

Esta caballería ligera era empleada para misiones de reconocimiento, de persecución e, incluso, para provocar el inicio de las batallas. Aunque efectivos, eran muy aficionados al alcohol, a las mujeres y al pillaje y parece ser que los oficiales macedonios que estaban a su mando acabaron adoptando sus mismos hábitos.

Al fondo, podromoi de caballería ligera tracia, antes de que el casco frigio y la xyston corta fuesen sustituidos por el casco beocio y la larga sarissa. Frente a él, soldado de infantería ligera y compañero de infantería con perros de caza.

La caballería mercenaria: En sus primeras campañas, Alejandro no disponía de una buena caballería ligera, por lo que contrató mercenarios, en especial en la campaña de Gaugamela, donde la estrategia dependió, en gran medida, de una buena información sobre los movimientos del contrario. Allí se utilizaron dos brigadas de jinetes mercenarios.

Es probable que combatiesen con lanzas y espadas y como única protección el casco beocio, las botas, la túnica y el manto. Su apariencia debía ser similar a la de los prodromoi, con la única diferencia de los colores de su atuendo.


La caballería se completaba con varios cientos de jinetes aliados, provenientes de diversos lugares, que llevaban a cabo distintos roles y empuñaban distintas armas. Además, cuando Alejandro regresó de la India, la caballería había sufrido reformas drásticas, e incluía a miles de arqueros a caballo y caballería pesada formada por asiáticos, ya que el conquistador macedonio nunca tuvo reparos en adoptar todo aquello que veía útil y ventajoso.
Es importante destacar, y aquí podemos intuir la importancia de este cuerpo, cómo los caballeros estaban tan bien considerados como los oficiales y pasaban a la reserva a la edad de 55 años, además de beneficiarse de recompensas y privilegios suplementarios.


Los elefantes de guerra
Este tanque de la antigüedad ya era habitual en las guerras del subcontinente indio desde el 1100 a.C. Pero hasta la campaña contra Persia por parte de Alejandro, los europeos no se habían enfrentado a tales bestias en un campo de batalla.

Serían los ejércitos macedónicos los que se enfrentarían por primera vez a los 15 elefantes de Darío III en la batalla de Gaugamela, 331 a.C. Por suerte para los macedonios, y para desgracia de los persas, estos no se emplearon en una carga frontal contra las falanges macedónicas y permanecieron en la retaguardia, tal vez eso inclinó la batalla a favor de los griegos.

Por lo que el primer encontronazo con estas bestias se dio en el 326 a.C., en la batalla de Hidaspes, actual Punjab paquistaní, cuando el rey Poro empleó sus 200 elefantes contra la caballería macedónica. La clave del éxito de Alejandro se debía, en parte, a su habilidad para crear huecos en las líneas enemigas a través de los que poder cargar con los hetairoi. Poro sabía que unos caballos no habituados a estos animales podían desbaratar la formación de combate, por lo que decidió formarlos en línea, delante de sus infantes. Pero Alejandro, gracias a su espléndida infantería y una maniobra envolvente de la caballería de reserva, logró vencer la batalla. No obstante, el conquistador macedonio se dio cuenta de la extraordinaria ventaja que representaban unos elefantes de guerra bien adiestrados y no dudó en hacer uso de ellos.

Elefantes y guerreros seleúcidas

De este modo, tanto Alejandro, como “sus sucesores”, los Diádocos y, sobre todo, sus descendientes los Epígonos, acabaron incorporando los paquidermos a sus ejércitos. Debido a su envergadura, fuerza y resistencia tenían una gran polivalencia y fueron usados para cargar contra la infantería, luchar contra la caballería enemiga, como plataforma de disparo de proyectiles, para proteger a la infantería, en los asedios o para transporte de máquinas e ingenios de todo tipo.




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